sábado, 7 de septiembre de 2019

La destrucción de la gran Biblioteca de Alejandría




La Biblioteca Real de Alejandría, o Biblioteca Antigua de Alejandría, fue en su momento la más grande del mundo. Situado en la ciudad egipcia de Alejandría, se estima que fue fundado a principios del siglo III a.C. por Ptolomeo I Soter, y ampliado por su hijo Ptolomeo II de Filadelfia, alcanzando hasta 900 000 manuscritos. La biblioteca fue construida sobre la ciudad que Alejandro Magno fundó después de liberar a Egipto de los persas. Su idea era fundar una ciudad que iluminara el conocimiento del mundo entero, en su deseo de mezclar todas las creencias religiosas, el conocimiento universal y las razas. Tras su muerte en el año 323 a.C., su obra fue puesta en marcha por su amigo y comandante, Ptolomeo I, que permaneció como regente del reino de Egipto, e inició la dinastía Ptolomeo, de ascendencia helénica.




La nueva Biblioteca Alejandrina, que recuerda a la original y fue promovida por la Unesco, fue inaugurada el 15 de octubre de 2002 en la misma ciudad. Carece de testimonios precisos sobre sus aspectos más esenciales, y no se han encontrado ruinas, además las ruinas del Serapeo son muy escasas.

El final de la biblioteca de Alejandria debe ser probablemente en un momento indeterminado en el siglo III o IV, quizás en el 273, cuando el emperador Aureliano tomó y saqueó la ciudad, o cuando Diocleciano hizo lo mismo hacia el 297.


La Gran Biblioteca de Alejandría, así llamada para distinguirla de la pequeña o hija biblioteca de Serapeo, fue fundada por el primer Tolomeo con el objetivo de preservar la civilización griega dentro de la muy conservadora civilización egipcia que rodeaba a Alejandría. Si bien es cierto que el traslado de Demetrio del Phallerus a Alejandría (297-295 a.C.) está relacionado con la organización de la biblioteca, también es cierto que al menos el plan de esta institución fue creado bajo la dirección de Ptolomeo Sooter (que murió alrededor del año 294 a.C.) y que la finalización de la obra y su conexión con el museo fue la última obra de su sucesor, Ptolomeo II Filadelfia. Como Estrabón no menciona la biblioteca en su descripción de los edificios del puerto, parece obvio que no estaba situada en esta parte de la ciudad; además, su conexión con el museo le permitiría estar situada en el Brucheion, el barrio real en el noreste de la ciudad.

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